viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Amigos, ya sólo quedan unas horas para dejar 2010 atrás. Esperamos poder seguir leyendo vuestros comentarios, opiniones, críticas y consejos durante el año que viene (y muchos más, claro). Este año que se marcha nos deja la creación de la página de facebook, donde ya somos más de 16.100 personas. Ahí empezó todo y, aunque al final desaparezca, este año nos ha dejado también este blog, twitter y el foro, que esperamos que se convierta en una herramienta de intercambio entre todos los filólogos e interesados en lengua y literatura de la red. Os recordamos que tenemos en marcha un sorteo de un lote de libros y que sólo hace falta estar registrado para participar. Podéis hacerlo aquí: Regístrate en el foro. Si alguno de vosotros tiene dificultades técnicas para poder registrarse, aquí os dejamos también unas pequeñas instrucciones.

Para nosotros está siendo una gran experiencia poder compartir vivencias, experiencias, consejos y anécdotas con todos vosotros. Esperamos seguir creciendo y que nuestra voz pueda oírse cada vez un poquito más. Porque, si no lo hacemos nosotros, no creo que nadie tenga a bien echarnos una mano...

Que 2011 cumpla vuestras expectativas y que lo paséis bien esta noche (y todas las demás). Sed felices; esperamos seguir en contacto con todos vosotros.

Un abrazo y gracias por estar ahí.


martes, 28 de diciembre de 2010

VIII. Tiempos de leyendas

Tengo que hacer un recuento después de la muerte de Raúl. Estoy sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, mientras anoto en mi cuaderno los nombres de aquellos que han conseguido llegar hasta hoy con vida dentro del grupo.

Rubén, Pau, Claudia, Rosa, Tomika, Julián, Miquel, Paula, David I, David II, Toto, Clara, Diego, Pol, Irene, Diana, Saúl y Jean. Los cinco últimos son niños.

Estos son, pues, los nombres que se llevan apuntados en sus papeles los tres informadores.

Las noticias que nos han ido dando más o menos las conocíamos o las intuíamos, pero no por ello ha sido menos interesante escucharlas en boca de alguien que ha recorrido más de 100 kilómetros a pie. Su idea es volver a su punto de origen dentro de seis meses y unificar los datos con los demás grupos.

A primera hora, cuando estaban recogiendo sus mochilas para marcharse, me he acercado a ellos para advertirles que cuando nos encontraron en el túnel estábamos enterrando a un compañero que había caído tras un disparo. Al parecer, era el primer caso que oían, pero no descartaban que la gente empezase a organizarse y a defender lo que creían su territorio.

Al despedirnos, cuando ya creía que no podía haber muchos más, todavía faltaba un golpe de teatro antes de que desaparecieran escaleras arriba. Matías se ha girado hacia nosotros y ha lanzado una bomba en mi cabeza:

-Estos días son tiempos de leyendas, de profecías y de otras gilipolleces. Os recomiendo que no hagáis caso más de lo que tenéis delante, de lo que podéis ver, tocar. Vender esperanza es muy fácil, pero también muy cruel. No hagáis caso de lo que nadie os cuente, pues las palabras son peligrosas y se pueden volver en vuestra contra. Se habla de Dios como causante del desastre, de una guerra nuclear repentina, de ataques terroristas a escala global, de reajustes ecológicos de la Tierra… cada cual tiene su versión, pero la única verdad es que no sabemos nada. Nadie.

Se ha quedado pensativo por un momento y, casi sin darle importancia a lo que decía, ha continuado:

-También, claro está, es tiempo propicio para los héroes. Ahora mismo, sabed que ya se habla de uno al que nadie conoce directamente, al que nadie ha visto nunca: alguien que puede salir por las noches y a quien no le afecta el ruido. Su nombre, dicen; RQ.

lunes, 20 de diciembre de 2010

América

Hace unos días recibí un mensaje en el foro (www.losfilologos.com). Una chica española me pedía un favor; que hubiese más personas de América que participasen, ya que, según ella, resultaría muy interesante el intercambio de opiniones, experiencias y cultura. Por supuesto, no pude estar más de acuerdo con ella, pero eso no depende de los administradores. El foro está creciendo a su propio ritmo y nosotros sólo podemos invitaros a todos a que os unáis. Pensamos que es un buen espacio para compartir, aprender, aconsejar o simplemente pasar un buen rato. Pero no sólo para personas de España o América, sino de todo el mundo. Un foro de filología, según nosotros lo entendemos, no se puede cerrar a una o varias lenguas, sino que debería ser eso: un foro; un espacio para la reunión y el intercambio.

Y, por supuesto, no sólo está cerrado a filólogos o estudiantes de filología. Es un foro abierto a periodistas, traductores, escritores, profesores o cualquier persona interesada en la lengua o la literatura. A nosotros, al menos, nos encanta leer opiniones que vienen de los más diversos ámbitos.

Pero vuelvo al tema; nuestra amiga, sigo, me ha pedido que haga lo posible, que invite a nuestros compañeros americanos a participar en el foro. Como somos de los que pensamos que cuantos más seamos, más reiremos, no tenemos más remedio que hacerle caso. Amigos americanos, desde Alaska a Tierra de Fuego, estáis todos invitados al foro (otro día seguiremos con otros continentes). Por supuesto, esta invitación no es exclusiva y aprovechamos, de hecho, para invitar a todo el mundo.

Para poder particiar hay que registrarse (no os llevará más de dos minutos); es muy sencillo y, si os perdéis, os podéis encontrar aquí: http://www.losfilologos.com/ayuda_registro.pdf.

Para que luego no digan que no hacemos caso de lo que nos piden. América, bienvenida a tu foro.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Elogio de mis padres (y de muchos de los vuestros)

Hace ya unos años que me mudé de casa de mis padres. Además, cambié de ciudad y, tras la última mudanza, vivo todavía más lejos. Quizá sea por las fechas, pero debo reconocer que no les veo todo lo que me gustaría.

Mis padres no fueron a la universidad. Ni tuvieron la oportunidad de estudiar en secundaria. Eran otros tiempos; quiero pensar que peores. Mis padres trabajaron (y todavía lo hacen) muy duro para que sus hijos sólo tuviesen que preocuparse de estudiar (y de las tonterías habituales de cualquier adolescente). Cuando digo mis padres, volvamos al título, me refiero también a muchos de los vuestros. Mis padres, sigo, se sintieron orgullosos cuando superé la selectividad y conseguí plaza para estudiar en la universidad. Jamás pusieron en duda que podía estudiar aquello que quería estudiar, así que eso también se lo debo. Quizá ellos hubiesen preferido que fuese ingeniero. O abogado. No lo sé, nunca me dijeron nada al respecto.

Desde bien pequeño, me animaron a leer, aunque eso ya lo traía de serie, por lo que me dicen. Luego me gustó poder compartir lecturas con ellos, sobre todo con mi madre, quien descubrió a Galdós superados los cuarenta para no dejarlo ya más. También les debo ese respeto casi religioso de dejarme tranquilo cuando tenía un libro entre las manos.

Por supuesto, les debo muchas otras cosas más que aquí no vienen al caso, pero seguro que sabéis de qué hablo. Todavía recuerdo el día en que les dije, con un poco de pudor: "Creo que quiero estudiar filología. Pienso en otras carreras y, después de darle vueltas, vuelvo siempre a la misma". Mi madre (cuánto saben las madres, aunque nos cueste reconocerlo) contestó: "Disfruta de la universidad; seguro que serán unos años muy buenos". Y eso fue todo, no hizo falta nada más.

Luego, claro, ha habido otras personas que me han ayudado, me han empujado y me han hecho ver que tomé la decisión acertada. Pero ésa es otra historia y quizá deba contarla en otro momento.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mensajes que me gustan y mensajes que no

Me gustan los mensajes optimistas, que nos empujan, que nos sacan del letargo en el que a menudo caemos. Mensajes que inspiran, que nos hacen preguntarnos hacia dónde vamos y cómo debemos ir. Como éste: http://www.losfilologos.com/phpBB3/viewtopic.php?f=13&t=274

También me gustan los mensajes con humor, que nos ayudan a ver las cosas desde un prisma que muchas veces olvidamos. Mensajes que hacen que nos avergoncemos un poco de esa actitud tan victimista que a veces (o a menudo) tenemos. Como éste: http://www.losfilologos.com/phpBB3/viewtopic.php?f=9&t=314

Curiosamente, dos mensajes de la misma persona.

No me gustan los mensajes que no van a ningún sitio; que sólo buscan la confrontación y ridiculizar unos estudios y una profesión que suficientes problemas tiene ya como para ir haciendo caso a determinados elementos. Como éste: http://www.losfilologos.com/phpBB3/viewtopic.php?f=13&t=209

Tampoco me gustan los mensajes pesimistas, porque entonces creo que estamos en el mismo punto de cuando salí del instituto, de cuando estudiaba en la universidad, de cuando acabé mis estudios. Como éste: http://www.losfilologos.com/phpBB3/viewtopic.php?f=9&t=316

Y, si me dejáis que dé mi opinión (ya, creo que puedo, sí), el último mensaje es el que me resulta más descorazonador, porque si no creemos en lo que hacemos nadie más lo va a hacer. Y, que conste, que ya no sólo lo digo por la filología...

En fin, que hay mensajes que me gustan y mensajes que no. Como a todo el mundo, supongo...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Queridos Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Os escribo como último recurso. No es que no crea en vuestra magia y todo eso, pero es que me da la impresión de que ni siquiera vosotros vais a ser capaces de traerme el regalo que os pido. Veamos... intentaré ser breve: que no arqueen las cejas cuando digo que estudié filología; que dejen de preguntarme "¿filo... qué?" cada vez que pronuncio la palabra; dejar de escuchar eso de "a mí me da igual, mientras me entiendan..."; que todo el mundo lea; que no nos vean como estudiantes y licenciados de segunda; que las letras en general dejen de estar infravaloradas; que todos nosotros nos podamos sentir orgullosos de lo que hemos estudiado, de lo que estudiamos o de lo que vayamos a estudiar.

Aunque... ¿queréis saber una cosa, queridos Reyes Magos? He notado cierta mejoría desde hace un año al respecto, así que... ¿ya os habían avisado?

En fin, que las demás cosas importantes las pediré en otra carta, pero éstas las quería pedir desde aquí, para ver si entre todos hacemos un poco de presión (de la buena) a sus majestades para que nos hagan un poco de caso. Ustedes y todos los demás.

lunes, 13 de diciembre de 2010

VII. Informadores

Hemos caminado detrás, sin decirnos nada y a una distancia prudencial, como si fuesen ellos quienes nos guiasen. Al fin y al cabo, he acabado pensando, eran los portadores de la luz.

Sólo hemos retomado la compostura cuando la poca claridad de la estación ha aparecido levemente a lo lejos, como una bruma, después de una curva. Hogar, dulce hogar. Como ya estaba anocheciendo, todo el mundo se encontraba en el andén, justo a tiempo para ver a los recién llegados. Después de pedirnos un permiso que no hacía falta, o quizá sí, teniendo en cuenta todo lo que acabamos de vivir, se han quedado a pasar la noche con nosotros, por lo que hemos avivado la hoguera y preparado una buena cena.

Más tarde, cuando todo el mundo ya había acabado de comer y se estaban sirviendo cafés, Matías se ha levantado, con cierta parsimonia, y se ha hecho un silencio que sin duda buscaba. Alrededor de la hoguera había una expectación creciente.

-Veréis; como ya os hemos avanzado, somos informadores. Estamos siguiendo una ruta para averiguar si se pueden efectuar desplazamientos de larga distancia sin problemas. Esto es, si hay refugios seguros a menos de un día de camino. Venimos del norte y ésta es la primera parada que hacemos en la ciudad. Otros grupos han salido en distintas direcciones, pero como es evidente, todavía no sabemos nada de ellos.

En un instante, las conversaciones entrecruzadas no dejaban oír su voz, por lo que ha pedido silencio con la mano. La ha extendido como un chamán, como un curandero que se acerca despacio a la zona dolorida del guerrero para curarle. Poco a poco, los sonidos se han ido diluyendo en la estación.

-Antes de las preguntas, dejad que exponga algunas consideraciones que, creo, son de interés para todos. La primera es que no sabemos a ciencia cierta qué pasó el 9 de octubre, pero todo lo que hemos visto hasta aquí tiene el mismo panorama; no hay zonas indemnes. Sinceramente, creo que si nadie ha venido a buscarnos es porque no hay nadie para hacerlo. Lo segundo que quiero aclarar es algo que, si estáis vivos, evidentemente ya sabéis; el ruido (o lo que quiera que haya detrás) sólo nos mata de noche. Bajo tierra estamos seguros. Tampoco sabemos por qué sucede de esta manera, pero es así. Tercer punto; en el camino nos hemos encontrado apenas con una docena de grupos. 153 personas en total; llevamos un registro.

Después de unos segundos de silencio, Matías se ha girado hacia su compañero y le ha hecho un gesto con la cabeza. Sele ha abierto con cierta torpeza el tubo y ha sacado un papel enrollado que ha ido extendiendo sobre una manta.

-Por… por favor –ha dicho, casi en un tartamudeo inaudible– si alguien conoce a alguna de estas personas, por favor, por favor que lo diga.

Uno tras otro hemos ido leyendo el papel, pero sin resultados. Entonces, ha sacado un bolígrafo, también del tubo, y ha empezado a apuntar nuestros nombres.

Si había preguntas, todos se las han guardado para ellos. En determinadas ocasiones, es mucho mejor creer que saber.

martes, 7 de diciembre de 2010

Un par de retoques

Amigos, esta entrada es simplemente para indicar que ha habido un par de pequeños retoques en el diseño del blog, que estaban esperando prácticamente desde que lo abrimos. Hemos actualizado los colores para que quede más integrado con el foro y hemos añadido, a la derecha, los últimos movimientos que hagamos en twitter. Por supuesto, se admiten sugerencias. Ah, sí, también tenemos nueva cabecera, que la que había estaba de forma provisional desde hacía semanas.

También quería explicaros, de forma breve, que ayer por la noche, durante unas tres horas, no se pudo acceder al foro, ya que hubo un problema con el servidor de la empresa donde está alojado. Aunque poco pudimos hacer además de dar aviso a la empresa responsable, os pedimos disculpas por ello.

Como siempre, gracias por vuestra paciencia, por vuestros comentarios y por vuestra participación. Os leemos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

David el gnomo

Después de encontrarnos con el primer troll en el foro (ver el hilo aquí) y leer vuestras respuestas me han quedado claras varias cosas. La primera, que no somos tan pocos como algunos creen; la segunda, que si queremos podemos organizarnos para que se nos oiga; la tercera, que estamos comprometidos con lo que hacemos; la cuarta, que somos un poco como David el gnomo. ¿Qué quiere decir eso? Pues que normalmente somos gente reposada, nos gusta leer, tratamos de no meternos con nadie, prestamos nuestra ayuda cuando se nos solicita... Pero, claro, cuando viene algún troll a tocarnos las barbas nos tornamos combativos y defendemos lo que creemos justo. Podemos tener razón o no tenerla, podemos ser necesarios o no serlo, pero lo que queda claro es que no nos gusta que nadie venga a susurrarnos (o gritarnos) necedades a los oídos.

A veces, creo yo, me da la impresión de que estamos algo aletargados y damos por normales insinuaciones o ataques que nos desprestigian como colectivo. Yo hace tiempo que me planté. Y, como yo, hay muchos otros. Y seguro que se unirán más compañeros. Entre todos, quizá consigamos cambiar la visión que muchos tienen de la filología y de las letras en general.

Y si no, pues nos divertiremos intentándolo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cuadernos de bitácora

Amigos, me gustaría hablar de esos blogs que tenemos enlazados aquí a mano derecha, y que pueden ser todos los que vosotros queráis (podéis poner la dirección y escribir una breve explicación en el foro para que los enlacemos: http://www.losfilologos.com/phpBB3/viewtopic.php?f=38&t=205). Hasta no hace demasiado, era algo excéptico con los blogs, aunque fiel seguidor de alguno (no relacionado precisamente con la filología). Los que había leído sobre temas lingüísticos o literarios no acababan de convencerme y me parecían bastante pobres. Ay, pero eso era antes de conoceros y de leeros (de verdad que os leo, así que id actualizando de vez en cuando, que a algunos (n)os cuesta).

No quiero personalizar en ninguno, pero os invito a todos a ir probándolos. Seguro que os pasará como a mí, que quedaréis enganchados a alguno de ellos. De verdad que hay verdaderas joyas escondidas en los rincones de internet (algunas muy cerca). Tengo que decirlo: me encanta que estemos conectados y tengamos espacios comunes donde hablar, discutir y pasar ratos entretenidos.

Por hoy no os aburro más, tan solo quiero volver a invitaros (en nombre de sus autores) a dar una vuelta por sus cuadernos de bitácora. Más que nada, y tal como están los tiempos, para que nadie pierda el rumbo.