martes, 30 de agosto de 2011

Un nuevo proyecto: la revista

Continuamente estamos dándole vueltas a nuevos proyectos e ideas que puedan resultaros interesantes. Entre ellas, está la creación de una revista hecha por todos nosotros (por quien quiera colaborar, claro está), donde habrá distintas secciones, como artículos que hablen sobre temas relacionados con cualquier aspecto de la filología (trabajos de investigación o análisis), reseñas bibliográficas y otros artículos que nos hablen de las curiosidades de las lenguas en cualquier lugar del mundo. Son sólo ideas que deben pulirse, si queréis, con vuestra ayuda. Todas las ideas, por supuesto, son bienvenidas.

La revista será electrónica, aunque se podrán hacer copias en papel, y contará con ISSN, lo que supondrá que los participantes en la revista podrán demostrar como mérito académico haber publicado en una revista reconocida por la Biblioteca Nacional de España y por la Agencia Internacional del ISSN. Estamos trabajando en el diseño y nos gustaría poder contar con vuestra colaboración. Como siempre decimos, sin vosotros todo esto no tendría sentido.

Ah, se me olvidaba; todavía no tenemos nombre, así que se aceptan sugerencias.

Nos gustaría saber vuestra opinión con respecto a este proyecto y conocer quién estaría interesado en participar.

Podéis opinar sobre el nombre de la revista, aportar ideas y hacernos llegar vuestra voluntad de colaborar en este nuevo proyecto en el foro: PROYECTO DE NUEVA REVISTA. Por supuesto, también podéis dejar vuestros comentarios en esta entrada del blog.

Esperamos que os animéis a participar en la revista.

domingo, 28 de agosto de 2011

El alemán y el español, la misma lengua

Ha ocurrido durante una cena, cuando dos señores han coincidido uno al lado del otro y, sin conocerse previamente, han empezado a hablar. Hasta aquí, nada que parezca demasiado extraño, así que sigo explicando. Uno de ellos es alemán y vive en España desde hace muchos años, pero no sabe más que unas pocas palabras en español. La otra persona es española y no conoce ninguna palabra en alemán. Para aclararlo un poco más; ninguno de ellos habla inglés.

Poco a poco, cada uno en su lengua, han iniciado una conversación ante la atenta y extrañada mirada de algunos de los asistentes, entre los que me incluyo. Como yo no hablo alemán, me hubiesen ido bien unos subtítulos, algo que no ha sido necesario para ninguno de los dos señores, que parecían hacerse hasta bromas.

Lo cierto es que no sé qué se ha dejado por el camino cada uno de ellos y cuánto han entendido el uno del otro, pero en ocasiones me doy cuenta de que la voluntad de comunicarse va más allá de cualquier barrera. Bien por ellos.

viernes, 5 de agosto de 2011

Abierto por vacaciones

Amigos, no sé si merecidas o no, pero nos ha llegado la hora de las vacaciones. Unos días y estamos de vuelta, pero ya sabéis que no cerramos la parada durante estos días. Podéis seguir participando en este mismo blog, en la página de facebook o a través de twitter. También os podéis hacer amigos de nuestro perfil en facebook. Por supuesto, el foro también sigue abierto y podéis encontrar muchos temas para debatir e incluso para echar unas risas.

Lo dicho, que después de estos días volveremos con fuerzas renovadas y con nuevos proyectos, en los que esperamos que queráis participar.

Como siempre, muchas gracias a todos. Ya sabéis; abierto por vacaciones.

jueves, 4 de agosto de 2011

Hantonios y Llolandas

Tengo varios amigos que son profesores en secundaria. Uno de ellos me explicaba hace unos días que le descontó unas décimas a un alumno por escribir de forma incorrecta su nombre en un examen. Había puesto “Enrike”. El chico protestó y alegó que era su nombre y lo escribía como le daba la gana. Mi amigo se mantuvo firme y le descontó esas décimas. El tema llegó a la dirección del centro y hubo hasta una reunión con los padres, que también se quejaron formalmente. Mi amigo explicaba que cada uno puede “tunearse” su nombre como quiera, pero no ante instancias oficiales. Le dijo a su alumno que probase a volar con una tarjeta de embarque donde su nombre no coincidiese con lo que pone en su documento de identidad (en cierta ocasión yo mismo me encontré en Londres con una Chelo a la que no dejaron subir al avión por eso). Los padres no querían dar su brazo a torcer, mientras que el centro defendía a su profesor.

Al final, el chico (buen estudiante, para más señas), le dijo a mi amigo que escribiría su nombre correctamente, después de una conversación que tuvieron ambos. El profesor le puso algunos ejemplos: Hantonio, Llolanda, Bicente y un largo etcétera (quedó en pasarme el listado completo). El chico acabó reconociendo que no se veían muy bien y que quizá el suyo, al que estaba acostumbrado, pudiese causar la misma impresión a otros, incluidos, por cierto, los examinadores de selectividad.

Si alguna vez veo escrito Hantonio por algún lugar, os lo haré saber. Y si tenéis ejemplos parecidos, os animo a compartirlos.